Tras una mañana de insoladas y desérticas tristezas, con la salida del sol y de su canto solo los murmullos del viento llevan y traen los mensajes que con cada respiración captura al salir del corazón y llevarlo a quienes en lo oculto quieren tapar con marañas y telarañas las construcciones con mayor arquitectura antigua tan moderna pero que subsiste e el mar mas profundo del encanto de los dolores y alegrías del corazón…
A cada segundo en que la tarde se hace próxima en su encanto y dulzura es también descontento para los moribundos rayos que poco a poco van terminando en el historial de la eternidad como quedan los sentimientos que el caluroso aire durante el día llevo, tras esperas dolorosas danzante y flameante del frio como doncella en noche de gala esta la hermosa luna que se abriga con su frio y se cobija con la soledad de la noche en la que solo observa al oriente para después de una noche de dolor gloriarse en la madrugada con el encantador sol que uniese los rayos vivos y cargados y abraza en su mas hermosos dolores y tristezas a su mas incierto amor que seduce con su blanco azul de noche los reflejos dorados y amarillos variantes del sol en la madrugada y que como única testigo la desértica tierra de madrugada que despierta a sus habitantes mas delicados –las aves- y las hace testigos de la mas grande entrega en el amor natural de la penumbra y la dulzura…
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